
El multimillonario inversor Bill Ackman, fundador de Pershing Square Capital Management y destacado defensor de la industria de las criptomonedas tras el colapso de FTX, ha insinuado que el presidente Donald Trump retrasaría la imposición de nuevos aranceles. Ackman sostiene que, gracias a este retraso, el presidente tendría más tiempo para negociar mejores acuerdos comerciales.
Cabría pensar que el teléfono del presidente Donald Trump ha estado sonando sin parar, declaró Ackman el 5 de abril. En la práctica, no tendrá tiempo suficiente para negociar antes de la entrada en vigor de los aranceles. "Por lo tanto, no me sorprendería despertar el lunes y oír al presidente anunciar que retrasará la imposición de los aranceles para tener tiempo de negociar", continuó.
Un amplio arancel base del 10% para todas las importaciones entró en vigor el 5 de abril como resultado de la orden ejecutiva que Trump firmó el 2 de abril. Estaba previsto que el 9 de abril se aplicaran aranceles recíprocos más estrictos dirigidos a las naciones con desequilibrios comerciales significativos.
Ackman sigue defendiendo una economía criptoinclusiva, tras haber declarado en noviembre de 2022 que «las criptomonedas llegaron para quedarse». Citando un «régimen arancelario injusto» que dura décadas y que perjudica a los trabajadores estadounidenses y a la economía en su conjunto, apoyó la necesidad de los aranceles de Trump.
La reacción inicial del mercado fue turbulenta. El S&P 500 cayó más de un 6% el 4 de abril, lo que provocó una fuerte caída en los mercados bursátiles estadounidenses que superó el valor actual del mercado de criptomonedas. Curiosamente, tanto los defensores como los detractores de este activo han señalado que las criptomonedas han mostrado una considerable resiliencia durante este periodo.
Líderes empresariales conocidos han apoyado abiertamente las políticas comerciales de Trump, como Arthur Hayes, cofundador de BitMEX, y Cameron Winklevoss, cofundador de Gemini.
Ackman también subrayó que las empresas de todos los tamaños se beneficiarían de una pausa estratégica, ya que les permitiría prepararse mejor para el inminente cambio legislativo. Advirtió: «El riesgo de no hacerlo es que la economía entre en una recesión, posiblemente grave, debido al enorme aumento de la incertidumbre».
Los enormes riesgos que implica el cambio de política comercial de Trump quedan resaltados por su conclusión de que el 7 de abril puede resultar ser “uno de los días más interesantes” en la historia económica reciente de Estados Unidos.