La Comisión de Supervisión Financiera de Taiwán (FSC) ha autorizado oficialmente a los inversores profesionales a acceder a divisas extranjeras. fondos criptográficos cotizados en bolsa (ETF) a través de corredores locales, una medida que apunta a diversificar las carteras de inversión y al mismo tiempo abordar los riesgos asociados con los activos virtuales.
Según la nueva política, los inversores profesionales, incluidos los actores institucionales, las entidades con un alto patrimonio neto y las personas cualificadas, ahora pueden invertir en ETF de criptomonedas extranjeros. La FSC citó la “naturaleza compleja y la volatilidad significativa” de los activos virtuales como justificación para limitar el acceso a esta clase de inversores, asegurando que solo aquellos con la experiencia necesaria estén expuestos a productos de alto riesgo.
Las empresas de valores locales deben realizar evaluaciones rigurosas de idoneidad para estos productos ETF de activos virtuales. Estas evaluaciones deben ser aprobadas por su junta directiva y, antes de realizar cualquier transacción inicial, las empresas deben asegurarse de que los clientes poseen suficiente experiencia y conocimiento en inversiones en activos virtuales para determinar la idoneidad del producto.
La FSC enfatizó que continuará monitoreando la implementación de estas directrices para salvaguardar los intereses de los inversores y al mismo tiempo fortalecer la “competitividad de las empresas de valores” en el cambiante mercado financiero de Taiwán.
La decisión de Taiwán sigue una tendencia global de creciente interés institucional en los productos de inversión vinculados a las criptomonedas, aunque persisten las preocupaciones sobre la volatilidad y la protección de los inversores. A principios de este año, el presidente de la FSC, Huang Tianzhu, alertó sobre el aumento del fraude con criptomonedas y afirmó que se impondrían sanciones severas a las bolsas que no cumplieran con las normas. También reiteró que las criptomonedas no tienen una conexión directa con la economía real, lo que subraya la postura cautelosa del organismo regulador en medio de los crecientes riesgos de inversiones no reguladas en el extranjero.