
Latinoamérica se ha convertido en un centro para el desarrollo de activos digitales gracias al aumento de la aceptación de las stablecoins en todo el continente. Esta tendencia ha cobrado fuerza en Brasil, donde el mayor banco del país, Itaú Unibanco, parece estar considerando emitir su propia stablecoin. Sin embargo, la ambigüedad regulatoria aún obstaculiza el crecimiento a pesar de este interés institucional.
Itaú afirma que el proyecto está paralizado hasta que se establezca un marco regulatorio adecuado que rija la emisión y el uso de stablecoins. Una norma prevista que prohibiría a los brasileños usar stablecoins a través de billeteras propias está en el centro de la controversia actual. Esta acción ha generado una dura condena tanto de los participantes del mercado como de los ejecutivos de la industria.
Los opositores argumentan que una prohibición de este tipo sería ineficaz. Probablemente empujaría a los usuarios a canales no regulados, creando una creciente economía sumergida basada en transacciones con monedas estables, en lugar de fortalecer la supervisión gubernamental. Advierten que el efecto no deseado sería una pérdida de control de supervisión por parte de las autoridades y una reducción de la transparencia.
La presión sobre las plataformas de intercambio de criptomonedas brasileñas también está aumentando. La medida, de implementarse, exigiría procedimientos de cumplimiento más estrictos, lo que incrementaría los gastos operativos y posiblemente desalentaría la innovación. Sin embargo, su significado más amplio es más preocupante: una prohibición de facto de los protocolos de finanzas descentralizadas (DeFi), que esencialmente ilegaliza el uso de monedas estables en redes sin permisos.
Muchos en la industria de las criptomonedas siguen dudando de la viabilidad de la propuesta a pesar de los obstáculos legislativos. Los interesados del sector destacan las dificultades administrativas y técnicas para supervisar las billeteras autoalojadas. Incluso las herramientas de vigilancia más sofisticadas tendrían dificultades para vincular con precisión las transacciones con identidades reales y supervisar continuamente el comportamiento de las billeteras para implementar dicho sistema.
Incluso sitios web internacionales de renombre como Coinbase han expresado su desaprobación. El vicepresidente de Política Internacional de la firma, Tom Duff Gordon, instó abiertamente al Banco Central de Brasil a cambiar su postura. «Las monedas estables serán fundamentales para el desarrollo del internet del futuro y las finanzas descentralizadas», declaró Gordon, abogando por un enfoque regulatorio más equilibrado y favorable a la innovación.
El argumento pone de relieve un dilema mayor que deben afrontar las naciones emergentes: cómo equilibrar los requisitos regulatorios con el rápido desarrollo de las finanzas descentralizadas. La decisión de Brasil podría desencadenar una nueva ola de innovación financiera o correr el riesgo de perjudicar a una parte significativa de la economía digital.